A lo largo de este primer trimestre, en la clase de religión, se trabajan las religiones más importantes en el mundo actual. Por tanto, la visita a Toledo, nos vale para complementar todo lo que estamos aprendiendo en clase acerca del Judaísmo y el Islam, así como de repaso de todo lo que sabemos acerca del Cristianismo.
Toledo es conocida como la ciudad de las Tres Culturas, porque durante varios siglos, en ella convivieron las tres religiones monoteístas, llegando incluso a colaborar entre ellas en la Escuela de Traductores, donde muchos escritos hebreos y musulmanes fueron traducidos al latín y al romance, reuniendo una gran biblioteca.
Además, conocemos y repasamos un poquito de nuestra historia.
El primer monumento que visitamos es el monasterio franciscano de San Juan de los Reyes. Fue mandado construir por Isabel la Católica para albergar su tumba y la de su esposo, Fernando. Su construcción se llevó a cabo a partir de 1477 y su estilo es gótico. Destacan su claustro de dos alturas y su iglesia, muy parecida en su decoración a la capilla que albergará su tumba definitiva en Granada. Llama la atención las cadenas que hay en su fachada, provenientes de los cristianos liberados por los reyes en la campaña de Granada. En el interior obras como el descendimiento de la cruz, el calvario o el bautismo de Jesús, decoran las paredes de esta preciosa iglesia toledana.
Tras esta visita, nos espera la Sinagoga del Tránsito y el Museo Sefardí. De estilo mudéjar, se levantó entre los años 1357 y 1365 por Samuel ha-Leví, tesorero del rey Pedro I de Castilla. Cabe destacar el artesonado del techo de la sala de oración así como la yesería que decora todo el interior del edificio. Alberga el museo Sefardí, llamado así por el nombre que recibían los judíos asentados en España. En dicho museo podemos admirar algunas de las piezas religiosas judías como el kipá, la torá o la menorá, así como sus fiestas y celebraciones más importantes.
Después de comer iniciamos la ruta hacia la Catedral Primada de Santa María, admirando también en la misma plaza, el Ayuntamiento y el Palacio Arzobispal. Puesto que se nos hacía tarde, sólo nos dio tiempo a verla de pasada, destacando su fachada principal, así como su gran torre, todo ello, gótico del siglo XV, aunque la catedral empezó a construirse en el siglo XIII.
Acercándonos al final de nuestra visita, la mezquita del Cristo de la Luz, aparece de repente entre las callejuelas del barrio musulmán de Toledo. Una pequeña edificación que se construye sobre una antigua iglesia visigoda y que data del año 999. Cuenta la leyenda, que en aquella iglesia se veneraba un Cristo de los faroles. Al invadir la ciudad los musulmanes en el año 711. los cristianos emparedaron al Cristo para evitar que cayera en manos musulmanas. La mezquita fue edificada sobre esa iglesia. En el año 1085, Alfonso VI la reconquistó para los cristianos, y cuando pasaba delante de su fachada arqueada, el caballo en el que montaba, se arrodilló y el muro que escondía al Cristo, se derrumbó. Los faroles del Cristo aún permanecían encendidos. De ahí el nombre de este templo.
CARLOS
